Ya a principios de siglo pasado, sobre todo en Estados Unidos, los grandes visionarios plasmaban en películas de vanguardia un posible futuro tecnológico, que incluía desde viajes a la luna hasta robots que remplazarían a los humanos en tareas pesadas o anodinas.
Y aunque nos ruborizamos un poco al soñar con algo por el estilo, no nos vendría nada mal una ayudita tecnológica. Desde hace algunos años la robótica se ha instalado en el hogar a través de aparatos electrodomésticos.
A eso se le debe sumar el hecho que la producción a escala para ser rentable debe ser orientada al consumo masivo, por lo que las vías de acceso a semejantes productos, se facilitan a través del otorgamiento de préstamos personales, un producto financiero de lo más en boga las últimas décadas. Las grandes superficies comerciales, están actuando como agentes financieros, facilitando el acceso a tales productos a los clientes que cumplan ciertos requisitos.
Es así que se puede comprar un robot aspirador en el Corte Inglés, o cualquier otro producto en cualquier otra gran superficie, en cuotas, gracias a los servicios financieros que estas empresas ponen a disposición de sus clientes.
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